La escalada es un deporte que puede practicar todo el mundo. Sí, también tú. Lo importante es tener claro por dónde empezar, por eso fomentamos las escuelas de escalada. Para encontrar el camino que más se adapta a lo que buscas y cumplir tus objetivos sin frustrarte, es importante tener en cuenta tu edad, experiencia previa y qué ámbito de la escalada es el que más te motiva. ¿Te interesa el ejercicio físico? ¿Buscas hacer grupo? ¿Quieres escalar en roca con autonomía? ¿Lo ves como un complemento perfecto para otras actividades?
La libertad del rocódromo
Cuando asociamos las palabras “libertad” y “escalada” solemos pensar en la práctica en plena naturaleza, en el muro de roca. Pero las instalaciones de un rocódromo, más cuando empezamos, son el espacio con mayor potencial para desarrollarnos. Al menos, en el que encontrar menos limitaciones. La construcción artificial nos ofrece un campo de entrenamiento que se adapta al nivel previo, edad y condición física de cada persona, ya que contamos con pistas y dificultades moduladas.
Esta división, en el caso de los menores, se suele establecer por edades. Para los adultos, en cambio, pesan más los objetivos concretos que busca cada persona. Para que los niños se estimulen y vean la actividad como algo divertido, es imprescindible que se marquen retos y los superen. También que perciban su evolución y que se motiven con cada mejora. Desde los tres años ya hay chavales descubriendo la escalada, aunque en otras escuelas se empieza más tarde. Depende de las normas de cada rocódromo y del desarrollo de cada menor.
Escalada por edades y niveles
En cada etapa de crecimiento la práctica de la escalada se enfoca desde diferentes ángulos. En las Escuelas de Espacio Pachamama se ha diseñado un itinerario con cuatro niveles organizados por rangos de edad:
Benjamines, de 4 a 6 años: En este nivel inicial se aborda el trabajo en equipo, la seguridad, la confianza y la exploración de los propios límites a través del juego. La escalada es una herramienta poderosa para desarrollar estas capacidades.
Alevines, de 6 a 8 años: Esta es una etapa de transición para sentar las bases del desarrollo posterior del alumno. Se sigue priorizando el aspecto lúdico de la escalada como vía de aprendizaje, un complemento perfecto al ejercicio.
Infantiles, de 8 a 12 años: La formación que abarca estos cuatro años comienza a incluir las técnicas clave, una base sólida de gestualidad y el equipamiento de escalada. Se complementa con la introducción de hábitos saludables en el deporte.
Juveniles, de 12 a 17 años: A partir de aquí, y apoyándonos en las bases construidas previamente, se desarrolla la técnica y el entrenamiento físico en la escalada. Uno de los objetivos primordiales es concienciar sobre la seguridad y mantener la motivación y la autosuperación.
La formación para adultos depende del nivel previo de cada alumno y de los objetivos concretos que persigue con la escalada. En las escuelas de Espacio Pachamama destacan dos itinerarios: Grupos dirigidos, en los que se trabaja el ejercicio físico y la escalada social sin importar el nivel previo y Roco a roca, dirigido a quienes quieren escalar en roca con autonomía y seguridad.
Todas las posibilidades de la escalada
Además de los itinerarios habituales, el rico y amplio mundo de la escalada permite diferentes grados de experimentación y especialización. También puede ser el complemento perfecto para otras actividades como el barranquismo o la espeleología. Estos cursos intensivos y centrados en actividades concretas son un apoyo ideal para seguir progresando y disfrutando de un deporte repleto de posibilidades:
Gestión del miedo en escalada: El objetivo es entender los procesos que nos generan estas sensaciones negativas. Lograremos adquirir confianza a través del conocimiento del material y sus resistencias y de la comunicación previa a la caída.
La escalada en roca requiere manejar las técnicas y el material básicoAutorrescate vertical: Aquí se exponen los protocolos de actuación en caso de tener que realizar un rescate a tu compañero de cordada y cómo salir uno mismo de situaciones delicadas en la vertical. Muy útil también para otras actividades como vías ferratas o espeleología.
Progresión en crestas y aristas: Una técnica a medio camino entre el alpinismo y la escalada, donde la capacidad de resolución es primordial y se proponen técnicas de conducción específicas de crestas y alta montaña, así como maniobras que garanticen nuestra seguridad.
