El modelo de coworking hace tiempo que dejó de ser una moda. En la actualidad, las oficinas compartidas entre trabajadores a distancia, emprendedoras y equipos bajo un mismo objetivo social o empresarial son parte del día a día de cada vez más personas. Y la tendencia camina del coworking hacia el ecoworking.
España es uno de los países de Europa en los que más ha crecido esta reconfiguración de los hábitos de trabajo. Se cuentan más de 400 espacios de coworking, y la cifra sigue en aumento. La mayor concienciación sobre el medio ambiente y el fuerte impacto de la pandemia del COVID-19 han dado un nuevo impulso a estos lugares de colaboración y han transformado su filosofía.
¿Qué es un “Ecoworking”?
Un Ecoworking es un espacio de trabajo que acerca a profesionales de diferentes ámbitos con objetivos en común. Un lugar con conciencia medioambiental y que pretende impactar de forma positiva en la sociedad. Al contar con un horizonte compartido, los usuarios del ecoworking generan sinergias y redes en base a una visión del mundo enriquecida por voces diversas. Un vivero de proyectos alimentado por trabajadores de sectores y con trayectorias variadas que sería difícil que se encontraran en otro contexto.
Son pequeños pasos en la misma dirección que permiten mejorar el mundo que nos rodea. Los profesionales, emprendedores y empresas que desarrollan su trabajo en este ambiente no solo pueden transformar sus comunidades y tener un impacto positivo en el medio natural. Al tiempo, generan nuevas oportunidades de negocio y potencian sus propios proyectos, garantizándose la sostenibilidad y el éxito económico imprescindible para toda iniciativa empresarial.
Espacios de trabajo sostenibles y con futuro
La ecología y el cuidado del medio ambiente nos marca a todos y todas un horizonte en común. En todas las sociedades y para todas las personas. Y esto también afecta a los espacios de trabajo. La tendencia es implementar sistemas de Economía Circular en las instalaciones y entre los usuarios, teniendo como prioridades el diseño ecológico y la reducción de residuos. Los materiales son naturales o de bajo impacto medioambiental y el consumo energético es de fuentes renovables.
Estos estándares verdes y de impacto social son integrales, y nacen de la necesidad de reformular nuestras antiguas rutinas. Es por ello que este impulso transformador no se queda dentro de cuatro paredes. Desde los espacios de ecoworking se fomentan desde programas de reforestación a iniciativas para construir ciudades inteligentes. Sin olvidar las contribuciones de esta fórmula a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030: reducción de los desplazamientos, reactivación de zonas despobladas, mejora de la conciliación familiar y un largo etcétera.
Comunidades dinámicas y en crecimiento
Las comunidades que se generan en estos espacios, por su propia naturaleza, son grupos humanos activos y comprometidos, siempre con proyectos en marcha y dispuestos tejer nuevas redes. Además, los coworking ponen al alcance de los usuarios las herramientas necesarias para fomentar las diferentes iniciativas que surgen en el seno de un proyecto empresarial, entre los empleados o de cara a los clientes.
Las propuestas son muy variadas y responden a diferentes necesidades. Podemos optar por jornadas sectoriales, eventos de networking y reuniones virtuales. También por encuentros más distendidos como desayunos de trabajo o actividades “after hour”. Y con los nuevos caminos que abre el concepto “Ecoworking”, cada vez son más habituales actividades alternativas, como salidas a la naturaleza o las actividades de deporte y aventura.
A la hora de emprender, como en la vida, todo lo que hacemos y las diferentes decisiones que tomamos generan un impacto positivo o negativo. Los espacios de Ecoworking nos ayudan a crecer, a la vez que dejamos huella.