De sus orígenes a ser un referente europeo
Cuando pensamos en Cuenca, a menudo nos vienen a la mente sus Casas Colgadas o las espectaculares hoces que abrazan la ciudad. Sin embargo, hay otro patrimonio que ha ido creciendo con fuerza en los últimos 40 años: la escalada. Hoy, Cuenca no solo es un destino turístico y cultural, sino también un referente para escaladores de todo el mundo. Este artículo repasa la historia de la escalada en la ciudad, desde sus primeras vías hasta su presente como referente europeo.


Pioneros en las hoces
La escalada en Cuenca comenzó a finales de los años 80, en un momento en que la roca de las hoces del Júcar y del Huécar apenas había sido explorada con fines deportivos. Una de las primeras vías de las que se tiene constancia es La Historia Impepinable, abierta en 1989 en el sector Colmenas. Aquellos pioneros, sin apenas recursos ni guías de referencia, fueron equipando poco a poco rutas que hoy son historia viva de la escalada española. Escalar en Cuenca en esa época era pura aventura: taladros prestados, reuniones improvisadas y la intuición como única guía.
Consolidación en los 90 y 2000
Con el paso de los años, lo que empezó siendo la pasión de unos pocos fue consolidándose como un fenómeno deportivo. Durante los años 90 y 2000 se multiplicó el número de sectores, se abrieron centenares de vías nuevas y comenzaron a publicarse las primeras guías de escalada de Cuenca (la última actualización es del 2023 y se puede adquirir en Bolas Sport.) Este proceso permitió que cada vez más escaladores de otras regiones conocieran la zona y vinieran a probar su roca dolomía de calidad excepcional. Desde sus inicios Cuenca ha destacado especialmente por sus rutas de alta exigencia técnica, con una notable concentración de vías de séptimo, octavo y hasta noveno grado que hoy en día siguen siendo un referente en Europa.
El reconocimiento nacional e internacional
La fama de Cuenca fue más allá de sus fronteras gracias al boca a boca y a la llegada de grandes nombres de la escalada. Escaladores de élite como Adam Ondra, Alberto Ginés o los hermanos Pou, quienes han repetido en numerosas ocasiones que las hoces conquenses son uno de los lugares imprescindibles para cualquier amante de la escalada deportiva. Al mismo tiempo, la ciudad empezó a acoger competiciones de relevancia, como el Campeonato Provincial de Escalada en Edad Escolar en 2019 o la Copa de España de Escalada en Velocidad y Bloque en 2024, con más de 300 participantes. Estos eventos consolidaron la imagen de Cuenca como un centro de referencia que combina tradición y modernidad.

Cuenca hoy: una meca de la escalada
En la actualidad, Cuenca ofrece más de 1.500 vías equipadas, distribuidas en sectores que van desde muros verticales técnicos hasta desplomes de resistencia infinita. Lo más característico es la abundancia de vías de dificultad alta, convirtiendo a la ciudad en un auténtico reto para escaladores experimentados. Pero también hay opciones para quienes se inician: sectores accesibles, escuelas de escalada y rocódromos como el nuestro, que ayudan a dar los primeros pasos con seguridad. Esta combinación de diversidad, calidad y comunidad convierte a Cuenca en un lugar único para vivir la escalada desde cualquier nivel.
Retos y futuro de la escalada en Cuenca
El futuro de la escalada en Cuenca pasa inevitablemente por la sostenibilidad. Preservar los ecosistemas de las hoces, garantizar la seguridad de las vías mediante reequipamientos y educar a las nuevas generaciones son desafíos fundamentales. También lo es mantener la comunidad unida, con clubes, espacios de entrenamiento y eventos que fomenten tanto la escalada deportiva de alto nivel como la participación de familias y jóvenes. La ciudad tiene todo lo necesario para seguir creciendo como referente, siempre que se cuide lo más importante: el equilibrio entre deporte y naturaleza.