El Pole Dance es un baile cuyo elemento principal y más característico es una barra vertical de la que se sirven los bailarines y bailarinas para realizar sus movimientos. Lo pueden practicar tanto hombres como mujeres y el rango de edad para disfrutarlo es muy amplio. Además, la práctica del Pole Dance es beneficiosa no sólo a nivel físico, también en el aspecto emocional.
Esta práctica hace tiempo que comenzó a despojarse de los prejuicios que la rodeaban y despegó hasta convertirse en una moda de alcance mundial. Si antes solo veíamos el Pole Dance como elemento secundario a través de la televisión, en discotecas o clubs, a día de hoy busca ser reconocido como deporte Olímpico, se practica en cada vez más gimnasios y es la elección de estrellas como Emma Watson, Kate Hudson o Kim Kardashian.
Un deporte que vence prejuicios
El Pole Dance es mucho más grande y estimulante que la imagen que tenemos en mente. La barra vertical estaba en los clubes, pero las bailarinas y los acróbatas que practican esta disciplina le dan un uso diferente en los gimnasios y salas de ensayo. Las personas que se acercan a este deporte buscan ponerse a prueba, tomar el control de sus cuerpos y disfrutar del baile en libertad.
La comunidad en torno a este deporte es muy diversa. La forman mujeres y hombres de edades y experiencias previas muy diversas. Hay escuelas en las que podemos encontrar niños y niñas desde los ocho años hasta alumnos ya entrados en los cincuenta. Las impulsoras del Pole Dance lo tienen claro: para subirse a una barra no hace falta tener un cuerpo normativo, son válidas todas las tallas, géneros y tipos de físico.
Los beneficios del Pole Dance
El entrenamiento en esta disciplina, a través del baile y la gimnasia, permite desarrollar diferentes cualidades como el equilibrio, la coordinación, la flexibilidad y la fuerza. También es una gran actividad para trabajar la resistencia y la concentración, permitiéndonos tener un conocimiento más cercano de nuestros propios cuerpos. Es un buen complemento para una rutina de ejercicio que incluya otras actividades.
Además de sus muchos beneficios físicos, el Pole Dance es un gran aliado para mejorar nuestro estado emocional. Mientras se queman calorías y se eliminan toxinas, se gana en confianza y capacidad de superación. El ambiente que se genera en estas clases permite a las alumnas y alumnos mostrarse en libertad y desarrollar la parte más creativa de esta disciplina.
Los talleres de Pole Dance en Pachamama
En Espacio Pachamama se desarrollan talleres intensivos donde cualquier persona, sin importar su experiencia previa, pueda tener un acercamiento inicial al Pole Dance. El proceso de aprendizaje es gradual y se necesita una base mínima para poder moverse en la barra vertical, pero en una primera formación ya se sube por primera vez a la barra, se exploran los cuatro agarres principales y giros básicos y ya se prueban sujeciones e inversiones iniciales como la de “crucifijo invertido”.
Todo este recorrido se acompaña de una preparación física adecuada. Antes de probarse en la barra es necesario un calentamiento a nivel muscular y articular, para evitar lesiones y preparar el cuerpo para los ejercicios que requieran más fuerza y flexibilidad. También es recomendable acudir con ropa deportiva y prendas que permitan un buen agarre a la barra. Y no olvidar mantener la piel limpia y seca, y abstenerse de usar crema hidratante las horas previas. Como en cualquier otro deporte, el aprendizaje es individual y va a diferentes ritmos en cada persona, lo importante es disfrutar de la experiencia.